Un día perfecto para sentarnos y agradecer del año vivido, de las experiencias acumuladas, y la proyección para el nuevo año. Es un momento en el que damos un cierre agradeciendo y tomándonos el tiempo para recopilar todos los éxitos habidos este año y con gran amor a nuestra vida agradecemos también el porvenir que proyectamos con los deseos para lo nuevo, comenzando con la totalidad porque sabemos que el bienestar es multiplicativo y contagioso. Luego nos detenemos y enfocamos en una lista de deseos personales en la cual se vale todo el egoísmo posible, porque ocuparnos de nuestro ser es un reflejo del amor que decidimos profesarnos. Y en caso de que se les olvide, le recuerdo que la mejor forma de dar a otros, es estar bien y en condiciones de dar, de lo contrario estaremos dando migajas, porque eso fue lo que nos hemos estado dando. Les deseo un día hermoso y que encuentren el espacio y tiempo para esta lista que los puede llevar al centro del camino en cualquier momento del año 2024 en la que la perdida de fe nos ataque.

Hay muchas formas de celebrar este día, y los invito a que creen la suya, pero les comparto la que hago, me reúno alrededor de una mesa en la que previamente invite a personas amigas y que desean participar en este ritual, que es la excusa perfecta para reunirnos en fiestas donde se busca rodearse de personas con las que se comparte un camino similar en el tema de valores de vida y aprecian tomarse un tiempo para ello.

Me gusta la flexibilidad así que la aplico en mi vida, por eso el ritual lo adapto al momento y lugar donde me encuentre, inicialmente lo hacía en mi casa en la isla de margarita de Venezuela, pero los temas social económicos del país es el cultivo perfecto de la diáspora que aún sigue presente, así que muchos de mis amigos están en diferentes continentes al igual que mis hijos. Pero en solitario o en compañía es un día que sigo celebrando desde hace más de 20 años.

Lo más básico para celebrar el espíritu de la navidad es en primer lugar tomar lápiz y papel, en el que escribimos los deseos para el mundo y del otro lado los deseos personales comenzando ambos agradeciendo por estos, ya que es una forma de afirmar un porvenir positivo y lleno de realidades para todos.

También si atesoramos la carta del año anterior podemos ver lo que hemos avanzado y muy posiblemente algunos que aún no hemos materializados, y que serán parte de la nueva lista para el 2024, otra posibilidad es que los intereses personales hayan cambiado a lo largo del 2023 y que decidamos no incluirles. En ambos casos aplica la frase de que “todo está bien”, o la más popular que escuche en España “no pasa nada”, y seguimos hacia adelante porque siento que esta frase implica un cierre y avance lo que es valioso a mi entender.

En segundo lugar, es hacer presente la energía de la fruta de la mandarina, la cual tiene el significado de abundancia y suerte y por ello además de lo bello que represente es fácil en cualquier dé lugar de incorporarlo a este ritual, en incienso, aceite esencial, el color naranja o la propia fruta.

Y para cerrar con mi ritual básico es las aperturas de ventanas y puertas en lo posible para abrirnos a lo nuevo y fresco a la vida, al mundo para así tener un año nuevo más renovado y cargado de las mejores energías posibles.

Hay mucho más que agregar, desde velas, tipo de alimentos a compartir, etc. Pero para mí esto es lo más básico e importante para hacer este día, y cada uno es libre de personalizarlo a lo que le simbolice abundancia, prosperidad en su vida, porque somos diferentes y seguro podemos tener anclajes positivos que podemos enriquecer en cada ritual, esto es solo una pequeña guía y que la he hecho a mi estilo de vida que ha cambiado a lo largo de los años.

Para cerrar, quiero desearles con todo mi corazón y amor que seáis cada uno de vosotros los seres más amorosos y comprensivos con su propio camino, con sus decisiones, con sus perfectas imperfecciones y que se abracen en su totalidad, que es creación propia de una energía intangible, pero super poderosa que habita en cada uno.

Cierro con una frase mía, que la comparto desde mi web y que es lindo recordar,

“Estamos para sabernos mejorables, en lugar de perfectos”. Mónica Vespa Lence